Avances de la Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático: El diálogo público-privado cobra cada vez más relevancia
Tanto su directora ejecutiva, Ximena Ruz, como el subdirector de Planificación y Control de Gestión, Ambrosio Yobánolo, entregaron detalles de las iniciativas que la ASCC lleva adelante para situar a nuestro país en un lugar mejor en aras de enfrentar la crisis climática global. Entre otras ideas, remarcaron que el diálogo público-privado es esencial para abordar de manera efectiva desafíos complejos como la resiliencia energética y la gestión del agua.
La Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático (ASCC) es un comité de CORFO y tiene como misión fomentar la inclusión de las dimensiones del cambio climático y el desarrollo sostenible en el sector privado y público en los territorios. Entre las reflexiones de sus autoridades y aludiendo a la masificación de la instalación de paneles, tal como sucede en Australia, afirmaron que es fundamental adoptar un enfoque integral en la implementación de energías renovables en Chile, que promueva la electrificación de todos los usos finales y garantice la resiliencia de la red eléctrica, para asegurar un suministro energético sostenible y de calidad. Más de sus opiniones, en la siguiente entrevista.
Principales avances de la ASCC en los últimos 5 años
Ximena Ruz (XR) ”Uno de los avances más significativos que hemos logrado es el reconocimiento de nuestra agencia como implementadora clave en la estrategia climática de largo plazo. Esto ha abierto un camino importante para apoyar diversas políticas sectoriales, así como a los gobiernos regionales y locales, incluidos los municipios. Actualmente, estamos en el centro de un conjunto diverso de políticas y acciones que deben llevarse a cabo, con un enfoque claro en la implementación y la acción concreta.
Otro avance relevante es nuestra inclusión en el plan de acción de Escazú. También se nos reconoce por nuestro instrumento de participación temprana. En el ámbito de la economía circular, actuamos como el brazo operativo del Ministerio de Medio Ambiente. Durante la implementación de la ley REP, nos anticipamos a los sectores, organizamos acuerdos de producción limpia, establecimos metas y creamos sistemas de gestión piloto para que pudieran visualizar lo que se avecinaba. Preparando al sector privado para este decreto, logramos una coordinación efectiva.
Un aspecto crucial ha sido nuestro reconocimiento como una medida nacionalmente apropiada de mitigación, conocida como NAMA. Esto nos obligó a establecer un sistema de medición, monitoreo, registro y verificación (MRV). En los últimos cinco años, el gran avance que hemos tenido como instituciones radica en cómo medimos el impacto de nuestras intervenciones. Este progreso es fundamental no sólo para comprender nuestra contribución al movilizar a las empresas, sino también porque nos hemos convertido en referentes para otras instituciones que buscan apoyo en la construcción de sus indicadores, entre otros aspectos”.
Ambrosio Yobánolo (AY) Uno de nuestros esfuerzos principales ha sido inicialmente estimular la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero provenientes de diversas fuentes. Gran parte de estas emisiones son generadas por el sector energético, mientras que otra parte significativa proviene de residuos orgánicos. También consideramos otras categorías, como el manejo de sustancias refrigerantes y cambios en la cadena de valor, incluyendo algunos Acuerdos de Producción Limpia (APL) en el marco de la Ley REP, así como el uso sostenible de la tierra, especialmente en relación con los bosques nativos.
En los últimos cinco años, si nos enfocamos en hitos relacionados con las reducciones de emisiones acumuladas, estimamos haber logrado alrededor de un millón de toneladas a través de distintos APL. Además, a lo largo del tiempo hemos avanzado en lo que se conoce en el contexto climático como co-beneficios, que son todos los beneficios adicionales a la mitigación. Esto incluye la capacitación de personas hasta el corte total en 2024, hemos capacitado a casi 40 mil personas y evitado 63 mil toneladas de contaminantes del aire. Esta reducción tiene una correlación alta con la disminución de emisiones de gases de efecto invernadero debido a una menor combustión.
También hemos implementado iniciativas en polinización, logrando polinizar hectáreas y ahorrar consumo de agua dulce, lo que genera un impacto significativo. Para casi todos los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), hemos creado no solo un indicador, sino un conjunto de indicadores que varían según el ODS. Aunque no todos los indicadores están completos, estamos trabajando continuamente para valorizar estos resultados. Muchos de estos indicadores han sido asignados a un valor económico. Por ejemplo, cada tonelada de CO2 evitada se valora según el criterio del Ministerio de Desarrollo Social, que establece un costo aproximado de 27.000 pesos, o alrededor de 0,8 dólares.
Si sumamos y valoramos todos estos beneficios, el resultado total para estos cinco años se traduce en casi ocho millones de unidades de fomento en beneficios sociales. Estos beneficios incluyen un componente de ahorros privados derivados de una mayor eficiencia en el sector productivo y otro relacionado con las externalidades positivas generadas.
A nivel operativo, hemos firmado aproximadamente 50 acuerdos de producción limpia en los últimos cinco años, que involucran alrededor de dos mil instalaciones productivas.
Desarrollo de estrategias hídricas locales
XRLo que hicimos fue crear un programa de trabajo con el objetivo de llegar a los territorios, ya que la verdadera adaptación se logra en las comunidades. Así nació el programa denominado Estrategias Hídricas Locales, cuyo propósito es contribuir a la adaptación y resiliencia en cada comuna mediante la elaboración de un plan de acción comunal. Al mismo tiempo, esto apoya la agenda climática, ya que la ley obliga a cada municipio a desarrollar su propio plan de acción frente al cambio climático. La gestión hídrica es fundamental para esta adaptación.
Sin embargo, no basta con trabajar con una sola comuna, es necesario abordar el problema desde una perspectiva más amplia, considerando cuencas o subcuencas y colaborando con un conjunto de comunas. Este programa apoya a las comunas en la creación de su visión. Para ello, se realiza una etapa de diagnóstico que incluye talleres presenciales y en línea con la comunidad y el municipio. Durante este proceso, se levantan iniciativas, se priorizan y se elabora un plan de acción.
Lo interesante es que cada comuna define sus propios proyectos y prioridades, y nosotros les proporcionamos la información necesaria para estructurarlos. Así, cada plan de acción incluye un conjunto de prioridades, siempre con una visión de cuenca. Por ejemplo, si una comuna situada cerca del mar desea construir un sistema para infiltrar agua de lluvia, eso no sería viable porque tal sistema debería implementarse aguas arriba. Contamos con el apoyo de expertos para garantizar que las propuestas sean coherentes y beneficiosas para el territorio en su conjunto, evitando que una acción perjudique a otra comuna.
Por eso, un aspecto valioso de estas estrategias es que el documento resultante no se guarda en un escritorio, porque está diseñado para ser utilizado. Además, el programa incluye dos componentes adicionales: acuerdos de producción limpia, tanto en el ámbito rural como urbano, para ayudar a las comunas a capacitarse, gestionar información y postular a proyectos.
Lo más relevante para nosotros es involucrar al sector privado. Estamos sumando a pequeñas empresas mediante un fondo especial destinado a diversas iniciativas, como el riego de jardines en las comunas urbanas, un tema considerado altamente prioritario por todas las comunas. También buscamos incluir a grandes empresas con responsabilidad social, creando una cartera de proyectos que les permita contribuir a este desafío con una visión a corto, mediano y largo plazo.
Actualmente estamos en la fase de entrega de los primeros 30 planes y comenzaremos los acuerdos junto con el fondo concursable, involucrando a las empresas. Además, ya hemos iniciado actividades en Ñuble y estamos por comenzar en O'Higgins. Este programa ha sido muy enriquecedor y valioso para los municipios, ya que les proporciona información detallada sobre los recursos hídricos en sus comunas. El documento estratégico incluye un análisis del contexto regional y de la cuenca, así como datos sobre aguas superficiales y subterráneas, demanda hídrica, derechos de aprovechamiento de agua, y la gestión hídrica municipal. Además, se realiza un mapeo de los actores involucrados en cada comuna. En definitiva, se genera un manual práctico que será útil para los años venideros.
Pero también quisiera agregar que se levantaron más de mil iniciativas y se priorizaron 600 proyectos. Cada comuna tuvo la oportunidad de establecer sus prioridades, aunque trabajamos bajo ciertos ejes estratégicos. Por ejemplo, uno se centró en la eficiencia hídrica y la tecnología, mientras que otros abordaron temas como la educación y la cultura del agua, la biodiversidad y los ecosistemas, así como la necesidad de proporcionar información clara y transparente a la comunidad.
Los proyectos categorizados dentro de estos ejes estratégicos pueden variar entre las distintas comunas, pero siempre mantienen un enfoque relacionado con cada eje. Algunas comunas decidieron priorizar proyectos para hacer un uso más eficiente del agua en sus colegios municipales. Este tipo de proyecto implica el uso de sistemas y tecnologías específicas. En contraste, otras comunas optaron por mejorar la eficiencia hídrica en sus consultorios, aplicando la misma lógica.
En las zonas urbanas, se puso un énfasis particular en las áreas verdes, mientras que en las zonas rurales la situación fue diferente. Así se generaron más de 600 proyectos, cada uno identificado de manera específica. Por ejemplo, se mencionaron proyectos para tal escuela o determinados consultorios, así como iniciativas más amplias y transversales, como el almacenamiento de agua o la mejora de un humedal en una área específica”.
Principales desafíos para seguir avanzando en adaptación
XR”Para nosotros, la adaptación, especialmente en lo que respecta a la seguridad hídrica, es un tema central. En esta línea, no solo contamos con el programa de Estrategias Hídricas Locales, sino que también estamos desarrollando el Certificado Azul, un acuerdo de producción limpia dirigido principalmente a empresas que busca certificar la huella hídrica mediante acciones concretas. Estamos colaborando con el Instituto Nacional de Normalización (INN) en la creación de normas técnicas para el registro de verificadores de huella hídrica, algo que actualmente no existe en Chile.
En todos nuestros APL establecemos metas comunes. Por ejemplo, al firmar acuerdos con productores de aceite de oliva, incluimos un capítulo específico sobre gestión y eficiencia hídrica. La temática hídrica es transversal a todos nuestros APL, ya que consideramos que es un aspecto relevante.
En términos generales, creemos que una de nuestras líneas de trabajo debe ser abordar de manera más sistemática los planes de adaptación de los distintos ministerios. En este contexto, surgirán diversas iniciativas, y estamos revisando todos esos planes de adaptación y mitigación sectoriales para incorporar nuestro trabajo y contribuir a estas adaptaciones”.
Evolución alianzas público-privadas para enfrentar el cambio climático
Somos una agencia dedicada a crear y mantener alianzas público-privadas, ese es nuestro rol principal. Contamos con una amplia experiencia en la creación y negociación de acuerdos, así como en el fomento del diálogo. Lo que nos diferencia es que somos reconocidos por nuestra capacidad de coordinación, siendo esta nuestra mayor demanda, más que la transferencia de recursos.
La cantidad de recursos que transferimos a las empresas y a las asociaciones gremiales en particular, es muy baja. Por lo tanto, por cada peso que nosotros invertimos, el sector privado también realiza una inversión significativa. En definitiva, un APL implica compromisos que requieren inversiones, tiempo y dedicación.
En este sentido, nuestro know-how radica en generar acuerdos voluntarios con estándares superiores a la normativa existente. Se nos valora por nuestra capacidad de fomentar el diálogo, construir confianza y establecer vínculos sólidos entre el sector privado y el sector público”.
Ideoneidad de masificar el uso de paneles solares en casas y edificios como sucede en Australia
AY”Primero, una reflexión sobre los Acuerdos de Producción Limpia (APL). Contamos con APL donde se ha incorporado el uso de energías renovables, aunque estos suelen estar más dirigidos a sectores industriales que a hogares o pequeños comercios. La pregunta que surge es si deberíamos adoptar una perspectiva más general.
Si bien es cierto que la incorporación de renovables es positiva y contribuye a la carbono neutralidad y a la resiliencia -ya que representa una forma de generación sostenible- al analizar las emisiones de energía en Chile, observamos que la mayoría no proviene de la generación eléctrica en este momento. Aproximadamente un tercio corresponde a generación eléctrica, otro tercio al transporte y el último tercio a otros usos, como el comercial, industrial y residencial.
Por lo tanto, desde una visión más amplia, nuestras prioridades deberían ser más holísticas. Debemos electrificar todos los usos finales posibles, pero también fomentar sistemas eléctricos que sean tanto verdes como resilientes. Esto se hizo evidente con los eventos recientes, ya que, al aumentar la dependencia de la energía eléctrica, es esencial contar con sistemas más robustos. Sin esta resiliencia, cualquier evento puede causar la pérdida de acceso a calefacción o a la operación industrial.
Es crucial abordar estos temas mediante la instalación de sistemas de respaldo, como baterías, tanto a nivel distribuido como en grandes proyectos. Actualmente, se están desarrollando varios proyectos solares con importantes niveles de almacenamiento. Sin embargo, también es necesario que la red eléctrica misma sea más resiliente, ya sea protegiendo los sistemas de cables o incorporando servicios adicionales que aseguren que la red mantenga sus parámetros de energía y frecuencia.
Esto garantiza que dispongamos de energía de calidad y, además, energía verde durante la noche en un país solar.
Otro gran desafío es establecer estándares de conexión compatibles que permitan flujos bidireccionales. Por ejemplo, si fomentamos la electromovilidad -una expectativa para Chile- debemos considerar que muchas baterías estarán en movimiento. La mayoría del transporte urbano son trayectos cortos que no agotan la capacidad de las baterías, que hoy pueden soportar entre 200 y 300 kilómetros. En los próximos años, esta capacidad seguirá aumentando, lo que podría generar un exceso de capacidad significativa que podría servir como respaldo distribuido para hogares y comercios.
Ya existen tecnologías para implementar sistemas bidireccionales de carga y descarga que pueden aumentar considerablemente la resiliencia del sistema. También es importante promover el uso de bombas de calor, que son extremadamente eficientes y reducen el consumo energético final, facilitando la electrificación.
En cuanto a los refrigerantes utilizados en las bombas de calor, no todos contribuyen de igual manera a la carbono neutralidad, porque algunos tienen un alto potencial de calentamiento global. Sin embargo, hay soluciones tecnológicas que generan muy poco impacto en este aspecto. A medida que expandimos la red eléctrica en Chile -un proceso que está en marcha- es importante prestar atención a un gas de efecto invernadero menos conocido pero potente: el hexafluoruro de azufre (SF6). Según el inventario nacional de Chile, en 2018 había 100 mil toneladas y se proyecta que para 2030 alcanzará las 200 mil. Aunque estas cifras son relativamente pequeñas, debemos estar atentos a su tasa de incremento.
Entonces, diría que estos elementos deben abordarse de manera integral. No se trata de una única regulación, sino de un conjunto de regulaciones que faciliten los cambios necesarios y promuevan su integración”.
De qué manera el Congreso puede contribuir en la labor de la agencia
XR”Hoy la importancia del diálogo público-privado ha cobrado cada vez más relevancia. Esto se refleja en los distintos ministerios, donde se está demandando este tipo de interacción. Un ejemplo de ello es el tema del hidrógeno verde en Magallanes, donde hemos enfrentado complicaciones. Nos han planteado la necesidad de establecer estándares para futuros proyectos en esta industria, considerando normas internacionales. Nosotros respondemos afirmativamente que sí, podemos colaborar.
Valorar la importancia de este diálogo público-privado y que sea un diálogo formal, como el que promovemos por ley, es fundamental. Este diálogo cuenta con una estructura, normas y procedimientos claros, lo que impide que se convierta en un intercambio sin resultados concretos. Creemos que esta práctica debe seguir avanzando.
No lo digo solo porque soy la directora, ya que, constantemente compartimos con otros países el éxito de los Acuerdos de Producción Limpia como un ejemplo positivo de diálogo. Sin embargo, sentimos que a nivel estatal no siempre se aprovecha al máximo esta experiencia para abordar problemas complejos. En el área de resiliencia, vemos oportunidades para avanzar. De hecho, antes de los recientes eventos climáticos que causaron cortes significativos de energía en la región, nos reunimos con las distribuidoras para explorar cómo mejorar la resiliencia a través de un acuerdo voluntario. Consideramos que esta es la forma adecuada de avanzar antes de que se definan otras medidas legales.
También hay un tema crítico relacionado con las pérdidas de agua en las redes sanitarias, que superan el 30 por ciento debido a problemas de mantenimiento. Existen tecnologías disponibles que podrían ayudar a detectar estas pérdidas y comenzar a abordarlas. Por lo tanto, hay acuerdos que se pueden establecer para mejorar la resiliencia.
Por último, quisiera decir que es fundamental que los sectores productivos se enfoquen más en la resiliencia, lo cual requiere la implementación de planes de acción concretos. Además, es esencial trabajar en sistemas de alerta temprana, un componente relevante que incluye múltiples elementos. En Chile no estamos abordando todos estos componentes como sugieren los expertos internacionales. Debemos esforzarnos más en desarrollar alertas tempranas, así como en las tecnologías asociadas, su divulgación y comunicación, y en fortalecer las capacidades y conocimientos necesarios. Es crucial que trabajemos en estos aspectos con mayor urgencia, dadas nuestras características específicas”.